viernes, 16 de agosto de 2013

ENTRENAR ES CASI MISIÓN IMPOSIBLE.

EL CADA VEZ MÁS DIFÍCIL MUNDO DEL ENTRENADOR.

Ser entrenador es cada vez mas difícil, más sacrificado y menos rentable.

En una de esas veladas veraniegas con buenos amigo, tras departir sobre todo un poco, uno de ellos lanzó la pregunta de si no volvía a entrenar o si no lo añoraba.

Mi respuesta fue clara, "NO" a la primera pregunta y "SI" a la segunda pregunta. Pero a continuación quiero dejar resumidamente las reflexiones que nos hicimos y sobre las que divagamos.

Todos coincidíamos que es difícil no seguir el mundo de tu deporte preferido. Y una vez lo sigues, pues inconscientemente, se están taladrando ideas y pensamientos alusivos lo que tanto tiempo ha sido una profesión, un hobbie, una ilusión, una distracción,...cada uno que lo catalogue como quiera.

Lo que siempre se echa de menos (sobre todo en época estival) es la planificación de una plantilla, la programación de una pre-temporada, el análisis de jugadores o plantillas, la realización de ajustes en tu metodología de trabajo, los retoques a los ejercicios que sueles utilizar, los recursos técnicos y tácticos que te propones para tus jugadores y tu equipo.



La dificultades son variadas. En primer lugar, cada año existen un mayor numero de entrenadores y mejor formados (algo que es muy bueno para el desarrollo del colectivo). Pero unido a esto, también existe la dificultad de que cada año son menos los equipos y en peores condiciones (económicas y deportivas).

Como consecuencia, el numero de entrenadores que hay en paro es cada vez mayor. Esto conlleva una mayor desmotivación individual y colectiva. Los jugadores no profesionales (e incluso lo profesionales que no están en ACB) sufren una disminución de incentivos que los animen o motiven a embarcarse en una nueva temporada. Y si además, los beneficios económicos son nimios, ¡pues como para elevar sus niveles de exigencia!

Unido a esto, poníamos el ejemplo de los equipos ascendidos a la máxima categoría del basket nacional. Los dos equipos (Alicante y Burgos) que ascienden se quedan si su ansiado premio. ¿Qué pensarán los jugadores de esas plantillas que sueñan con jugar en la mejor liga nacional de Europa? Se acaban convirtiendo en meros funcionarios del deporte, que hacen su trabajo, sin tener la simple posibilidad de ascenso o reconocimiento. Pero no solo existe esto en el primer nivel, sino en categorías amater, donde hace años, servía para competir, pasarlo bien y además ganar un dinero extra que daba sentido a las noches que se llegaba tarde a casa después de entrenar o tras estar todos los fines de semana ocupados con largos viajes. (Conocíamos a muchos jugadores que dejan de jugar cada vez mas temprano por esa desmotivación)

Está claro que hacer lo que uno quiere, disfrutar de ello y además ganar un dinero o tenerlo como una forma de ganarse la vida, eso está destinado a muy pocos, en peores condiciones económicas que años atrás, y por tanto, muy difícil de sustentar a corto-largo plazo.

De vez en cuando surge un milagro como el de Jose María Izquierdo, que tras haber sido un buen ayudante y después de haberlo intentado en solitario (sin demasiado éxito), estando sumido en la realidad descrita anteriormente y ganándose la vida como funcionario en Badalona, recibe la llamada del que fuera su jefe hace diecinueve años (Zeljko Obradovic) para que lo acompañe en una buena y fiable aventura en Estambul.

Imagino que ahora mismo existirán muchos que soñaran con que algún día les pase lo que al bueno de Izquierdo.

Suerte a todos los que lo siguen intentando y no perdáis la ilusión, los milagros ocurren y en esta ocasión ha sido en Badalona, vía Estambul.

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