EL CAMINO ESTÁ MARCADO.
Orenga, como a todos los entrenadores, le gusta tener contentos a todos sus jugadores y eso ha pretendido hacer durante la primera fase del europeo.
Su visión general era ir haciendo participar a todos para que no se sintieran unos más importantes que otros. Pero el segundo partido, contra Eslovenia, aprendió y se dio cuenta que siempre han existido y existirán jerarquías. Y además, es bueno que existan.
El primer día de campeonato apostó por un quinteto formado por: Riky, Calde, Rudy, Claver y Marc (donde daba libertad a Calderón para jugarse gran parte de los tiros que solía hacer Navarro) y a partir de ahí rotar con diez jugadores y otros dos "comodines" que ir variando según el día y el rival.
Sin embargo, el partido reseñado contra Eslovenia, quiso variar "mucho" el guión inicial y solo Marc comenzó el segundo partido. Ello alteró mucho el devenir del partido, la puesta en escena y ocasionó la confusión de los jugadores; pues no sabían exactamente cuales seria sus responsabilidades al final del partido. Como consecuencia, las rotaciones fueron más confusas y variaban en tiempo, condicionando que los jugadores no estuvieran igual de enchufados.(Independientemente que el plan de juego fuera el acertado o no).