martes, 2 de marzo de 2010

ORGULLO, CORAJE Y CORAZON.




Al comienzo de cada año, cuando comienza la temporada deportiva de muchos equipos, equipos (en teoría) de la zona media-baja de la jerarquía del baloncesto (sea cualquiera su region), que en definitiva son aquellos que no van sobrados de euros en sus presupuestos, tienen que apelar a los principales valores que deben caracterizar a un buen grupo que aspira a ser un EQUIPO. Y en la medida que logre ser ese concepto con letras mayúsculas, logrará alcanzar sus objetivos colectivos y tendrá la posibilidad de luchar por metas incluso mayores.

Una vez metidos en faena, no es momento de lamentarse sobre la posibilidad de haber fichado a tal o cual jugador, o de haber tratado de retener a algún jugador de la plantilla de años anteriores. Solo es momento de trabajar todos en la misma dirección y ponerse las pilas para mejorar individualmente en el día a día y que con la mejora de cada uno, se beneficie el equipo, y lograr ser mejores semana tras semana.

Sin centrarnos en un solo equipo y vista las primeras semanas de competición, no me queda otra opción que ser optimista porque el equipo que te gana en tu casa, era un “equipito” como el nuestro, con uno o varios jugadores grandes o no, pero más dominantes que los que tenemos en el nuestro, y los demás, jugadores pequeños y peleones; cada uno con sus carencias y limitaciones, pero con una pequeña ventaja: que todos parecen tener un pequeño grado de implicación mayos al nuestro. Y esta implicación se transmitía en detalles que pueden ser inapreciables, pero que a la larga son intangibles que también suman; tales como mayor tensión de los jugadores de banquillo, disposición total al juego desde el primer segundo de saltar a la pista, concentración para transmitir al compañero que lo sustituye aquello que está haciéndole daño de su par, o concentración para avisar situaciones limite de pocos segundos. En definitiva, pequeños detalles para los que solo hace falta estar concentrado, no tener miedo a equivocarse y SI querer AYUDAR aunque no sea jugando.