En el mundo deldeporte profesional estan muy institucionalizados los prototipos y los estándares. No suelen estar bien vistos los casos excepcionales en que se inniva o dejan funciones a los ayudantes o actores secundarios.
Dicho todo esto, voy a referirme al caso de una reciente destitucion de un buen entrenador. Me refiero al caso de Porfirio Fisac en el banquillo de Fuenlabrada.
No voy a entrar a valorar si es justo o injusto (esta claro que par mi es lo primero, pero este mundo funciona así), sino queme voy a centrar en un hecho aislado:
"En el partido de liga jugado el equipo madrileño contra la Penya, a falta de 1´15 para el final, Porfi decide dejar a su Ayudante que de las instrucciones pertinentes en el ultimo tiempo muerto del partido". Él tendra sus motivos para actuar de esta manera y tampoco voy a valorar si es acertado o no.
Pero lo que tengo claro esquedesde ese preciso momento, el bueno de POrfi, cavó su tumba. ¿Por qué? Pues porque a los directivos de nuestro pais les gusta que los jefes (entrenadores en este caso) manden. Ellos piensan que por eso se les paga y como a los secundarios (entrenadores ayudantes en esta ocasion) se les considera menos, pues por ello les paganmenos y tienen otro cargo.
Si a este hecho puntual le añadimos que lasituacion deportiva no es todo lo buena que se esperaba, que elequipo no acba de funcionar y que la inquietud se ha instalado en el entorno del equipo, pues pasa lo que pasa...
Me duele mucho por Porfirio, porque le tengo un gran aprecio, pero desde ese preciso momento su futuro estaba escrito. Espero haya aprendido mucho de este hecho puntual y de todo lo que ha rodeado a su destitucion.
Suerte al próximo y que los que mandan no tengan tantos prejuicios a dejar mandar a quien parece actor secundario.
Un artículo muy interesante Antonio. Estoy de acuerdo en toda tu exposición. Es una pena que factores como dejar a tu ayudante que hable o prepare una jugada en los últimos minutos, echen por tierra el trabajo de un entrenador.
ResponderEliminarUn abrazo