Previsible y aburrido. Dejemos libertadas controladas.

¿Por qué nos dejamos sin hacer mucho trabajo elemental?
Llevo tiempo pensando en la gran cantidad de situaciones que se ven en el baloncesto de hoy en día donde se producen ayudas laterales elementales, de esas que aprendías en los cursos (sobre todo en el curso superior) y que te decían que si hacías ese tipo de ayudas en el baloncesto profesional te mataban los rivales.
Pues bien, esas ayudas tan prohibitivas, ahora son muy comunes en según que fases de partidos, y en según que equipos, son una practica habitual. No importa si son realizadas en los primeros segundos de posesión o si se ejecutan en trabajo de construcción defensiva. Son muy constantes en todo el desarrollo del partido.
¿Cuáles son las razones? Pues que como estamos tan obsesionados en ejecutar los sistemas de juego o en alargar las posesiones con la finalidad de desgastar las defensas rivales, o en mover el balón para que todos participen del juego colectivo, pues los rivales han optado por implantar esas ayudas laterales: -



- En las primeras opciones de balón interior pues no se suele jugar el primer 1x1 con la agresividad y determinación de tirar. –
- En los bloqueos directos que se usan de transición para trasladar la pelota (tampoco aquí la ayuda se realiza entre el grande y el pequeño de forma exclusiva; ahora se ve como se ayuda de forma blanda y se ofrece otra ayuda lateral desde el lado hacia donde va el balón para no correr riesgos en la continuación hacia el aro, aún con el riesgo de conceder algún tiro exterior).
- En penetraciones laterales que no tienen como finalidad la canasta, sino que solo es para comprimir la defensa y llevarla al lado contrario.
Estos tres casos son los más comunes, sin olvidar los casos en los que se zonea hasta que se llega a los últimos 8 segundos de posesión y entonces se asumen las normas habituales de ayuda frontal y segunda ayuda del fondo (del lado contrario).
Muy probablemente si no se especulara tanto con darle la opción del tiro a quien queremos y en el momento que queremos, esto no seria tan aburrido. SI aburrido, porque hay fases de la liga regular que podemos decir que aburren. Casi todos los equipos juegan igual, todos ejecutan practicamente los mismos tipos de sistemas y con las mismas finalidades. Todo acaba siendo un poco como en la NBA, donde son de tanteo los tres primeros cuartos. Basta con ver las tomas de decisiones de los últimos 8 minutos. O si de play off hablásemos, entonces cobra más importancia porque te puedes centrar en ver la evolución de una serie (casi siempre de las largas) y los ajustes que van proponiendo los entrenadores.
En este orden de ver cosas que no se hacen como norma habitual (y que son el ABC del baloncesto) me voy a quedar con un ejemplo del partido de ayer tarde entre el Valencia Basket y el Real Madrid. Los entrenadores siempre hemos dicho a nuestros jugadores que el juego sin balón tiene más importancia que el juego con la pelota (por aquello del tiempo del que dispongo del caramelo en un partido, y por el que no lo tengo en las manos). Y unido al juego sin balón, está la utilización de las esquinas.
Pues todo eso unido, da como resultado trabajo que dejan sin hacer los jugadores (bien porque fueron errores puntuales o porque en la intención de correr y correr que tenían los dos equipos del partido de ayer) no se ocupan las esquinas de forma correcta como vía de escape para el compañero que penetra desde el lado contrario (el lado fuerte).
En acciones consecutivas, Pocius por el Real Madrid y Rafa Martínez por parte de Valencia, se comieron dos balones que no pudieron acabar tirando ni pasando, por no tener ningún compañero en la esquina (en lo que todos llamamos el seguro a esa penetración).
Estoy seguro que esos detalles técnico-tacticos han sido trabajados en diferentes momentos de sus carreras deportivas, pero ¿porque ahora se dejan trabajo por el camino? ¿es culpa de sus entrenadores?. No lo se. Quiero pensar que es solo producto de errores puntuales, y sobre las defensas que antes hablaba, mejor seria que les diésemos algo más de libertad para no ser tan previsibles y al mismo tiempo lograr que seamos más vistosos y divertidos, así mejoraríamos todos y no aburriríamos como en ocasiones ocurre.