domingo, 13 de noviembre de 2011

Ricard Casas Curt.

Uno de los grandes, sin duda.



Desde el año 1996 conozco a Ricard Casas, y desde entonces me ha demostrado ser uno de los grandes. Y este término engloba todas las facetas del ser humano; desde un gran profesional en el desarrollo de su trabajo hasta una gran persona en todos los aspectos.

Empezando por esto ultimo, he de decir que le conocí cuando aun no era famoso y su vinculación con el basket era la de coordinador del Manresa Basket. De aquel primer contacto que tenia como motivo la captación de unos chavales que por entonces entrenaba yo en Cuenca, me ocasionó una gran relación que pese a la distancia y lo alejado de nuestros mundos profesionales actuales siempre se mantiene con agrado y se recuerda con orgullo, pues es el típico amigo que me abrió la puerta de su casa (incluso la de sus padres) y trata de mantener el contacto aunque sea con una simple llamada en época estival para saber de nuestras vidas. Todo un gesto de amigo.

Y hablando de la parte profesional no tiene parangón, pues además de haber ido consiguiendo éxitos allí donde a trabajado (en Manresa en sus dos etapas, en Moncada, Tarragona, Valencia, Menorca, Girona y hasta ahora en Lleida) ha demostrado una gran calidad en el trabajo que realiza.



El inicio de su aventura como entrenador tiene comienzo en el viaje a Montaca (por aquel entonces en liga EBA). Desde su primer momento como entrenador jefe fuera de la que era su casa, pudo obtener éxitos y ya clasificó al equipo para jugar la fase de ascenso a la que por entonces iba a ser la creación de la Leb Plata. La segunda vuelta realizada por aquel equipo dentro del difícil grupo de Cataluña fue espectacular y le dio el pase a aquella fase de ascenso que se jugó en Guadalajara. Fue la primera vez que tengo el placer de conocer personalmente a Ricard y contemplar la cercanía de una persona que hasta ese momento solo había podido tratar por teléfono. Rápidamente se abre a mi y se muestra súper agradecido por lo que él consideraba que yo había hecho por él (algo a lo que yo nunca le di importancia alguna y que él considera “gestos de camaradería” dentro de un mundo tan difícil como es el del profesionalismo del deporte). Desde aquella primera conversación con una persona para mi prácticamente desconocida, cada año fue creciendo una gran admiración por una forma de tratar a las personas que Ricard nunca ha dejado de aplicar por muchos éxitos que ha ido cosechando.

Aquello dio paso a su etapa en la Leb2 con el CBT de Tarragona. Allí, tras una gran liga regular, consigue superar una segunda ronda de play off dificilísimos contra Calpe y jugar la final de la competición. Es durante mi estancia en Calpe aquella temporada donde puedo verle como construye un equipo a raíz de una correcta adjudicación de roles (con Nacho Farré como líder de aquel vestuario) y su exitosa obsesión por atacar las debilidades del equipo rival.

Aquello le proporciona la posibilidad de volver a casa. De Manresa salió buscando una oportunidad y una formación que le permitiera crecer como entrenador y a casa volvía para tratar de triunfar en la que siempre fue su casa. Y vaya si iba a triunfar. Con aquel equipo consigue dar el salto a la ACB, conquista el ansiado ascenso siendo campeón de la LEB, poco que decir de aquel año por lo mucho que se me podría quedar sin valorar. Es en esta etapa (tanto en el año en Leb como en el siguiente) en la que tengo la oportunidad de ver insitu su trabajo meticuloso, y el análisis pormenorizado de los scouting y de su metodología de trabajo (metodología que merece otro análisis muy detallado en otro despertar más técnico). Aquí, cuando estaba empezando su paso al primer plano de los entrenadores nacionales, recibí una invitación personalizada para poder asistir a su casa a presenciar su trabajo (casa que se hallaba en obras por una reconstrucción domestica y no tiene ningún problema en alojarme en casa de sus padres) y puedo valorar (y aprender) su trato con los jugadores, con los miembros del cuerpo técnico, los entresijos de un vestuario profesional,… Siempre recordaré con mucho agrado las veladas hasta las tantas tomando unas cervezas y charlando detenidamente sobre aspectos técnicos y tácticos del juego. Cómo sacaba un papel de su cartera para anotar los posibles interrogantes sobre los que departíamos para más tarde divagar y pensar, con la finalidad de poder seguir creciendo como entrenador.

De los éxitos cosechados en Manresa surgió la posibilidad de fichar por un grande de la liga: Valencia Basket, que puede considerarse como su alternativa para poder medirse con los grandes del basket nacional e internacional. Es de esta estancia en tierras levantinas de las que tal vez no se sienta más orgulloso, pues se quedaron objetivos por conseguir. Pero nadie le podrá nunca echar en cara una falta de trabajo y una escasa calidad en el trabajo. De aquí siempre quedará en el recuerdo la final de Copa del Rey jugada y perdida frente al Tau de Vitoria.

Éxitos también se pueden considerar los años en Menorca, donde llegó para salvar al equipo de una difícil situación y logra salvarlo haciendo un buen baloncesto. Y en temporadas posteriores, con buenas plantillas (pero arriesgando y metiendo jugadores nuevos en la categoría) logra mantener al equipo. Y prueba de ello es que pese a ser destituido en su último año, su sustituto es quien demuestra que su trabajo no era malo, pues-su sustituto-, empeora los resultados anteriores y a su marcha es cuando el equipo desciende de categoría.

Ni que decir tiene que sobre la optimización de recursos es un maestro, y la prueba más reciente radica en la temporada pasada (la 2010-11) en Girona, donde pese a perder a jugadores importantísimos en plena temporada (como eran los casos de Darryl Middleton y David Navarro) casi logra el ascenso con un equipo que tocó rearmar en plena temporada regular.

Me gustaría finalizar el recorrido por su trayectoria con su destino actual: Lleida. Aquí me aventuro a presagiar que poco faltará si es que no consigue el ascenso a final de temporada (seria fácil decirlo a comienzo de los play off, por eso me arriesgo a hacer mi quiniela en la jornada nueve). Con pocas sesiones de trabajo realizadas con él (pues se ha pasado la gran parte de la pretemporada con la selección absoluta en Lituania), ya se percibe la buena química que reina en el seno del equipo de LLeida y por tanto la optimización de los recursos que hay en ese grupo de jugadores y cuerpo técnico (pues en su ausencia, éstos últimos habrán desarrollado un gran trabajo de equipo).

Si algún “pero” le puedo poner es el excesivo deseo de implicar a todos los miembros de sus plantillas en el juego del equipo y en el de cada partido. En ocasiones (aunque no regala minutos a nadie, pues una de sus máximas es que cada relevo debe ser para mejorar o igualar lo que ya tienes en la pista) ha cosechado alguna derrota por el uso de excesivos miembros del equipo (esto no deja de ser una apreciación desde fuera, pero seguro que sus razones tendría para hacer esas rotaciones). Claro que esto, seguro que a la larga le habrá reportado victorias por estar implicados todos los jugadores en sus proyectos.

No puedo olvidarme de los éxitos que también ha cosechado con los diferentes equipos nacionales que ha dirigido en diversas categorías (incluso como ayudante ha mostrado sus dotes como en el pasado Eurobasket de Lituania).
Y ni que decir tiene sobre su calidad como conferenciante. Algo muy alabado por quienes le conocen y estudian el baloncesto, es que nunca deja a nadie indiferente en sus ponencias en cursos, clínic o charlas (bien sean teoriazas o sobre el parquet); siempre logra hacerte pensar sobre algún detalle o aspecto del juego, de la organización de los equipos, los roles, la metodología o la organización de los equipos. En definitiva, un maestro al que seguir estudiando y deseando la mayor de las suertes.

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