jueves, 17 de marzo de 2011

El extraño caso del señor Mesina


EL EXTRAÑO CASO DEL SEÑOR MESINA.
“No consigo entenderlo, pues “creo” no se puede entender.”
Quede claro que no tengo nada contra este fantástico y laureado entrenador. Es más, desde hace muchos años he sido seguidor suyo, asiduo a las conferencias que diera en aquellos clinics que impartiera cerca de mi lugar de estancia o trabajo, he estudiado la evolución de sus equipos y con él he tratado de aprender y he aprendido. No me alegro para nada de su última decisión tomada, y no pretendo criticarle. Me merece el mayor de los respetos y esperaba que triunfara como lo ha hecho allí donde ha entrenado.
Después de su primera temporada en el club blanco, hice una pequeña valoración de sus decisiones tomadas y tras valorarlas y comentarlas con otros más expertos y entendidos en la materia que yo, contraste que ciertos errores eran muy subsanables, o cuando menos muy evitables en el futuro. Y en consecuencia, esperaba que muchos de ellos fueran subsanados como a su categoría corresponde. Tras varias jornadas de liga, se le veía más sabedor del lugar donde estaba, aportando una serie de soluciones que no se le vieron la temporada anterior, siendo más paciente con el jugador, no usando el castigo como único elemento motivador, volviendo a ser un tanto pedagógico con los jugadores (como en sus años de Bolonia se le recordaba), etc.
Incluso la temporada pasada tuve la fortuna de poder asistir a ver sus entrenamientos y métodos de trabajo (por lo cual estoy muy agradecido). En aquellas sesiones me quedó patente que es un superdotado para este trabajo, cómo lo controla todo, cómo es capaz de dejar hacer al jugador en según que situaciones del trabajo, la planificación de sus sesiones, la utilización de los tiempos de trabajo y descanso,…
Con todas estas premisas y consideraciones, llega el momento en el que decide dimitir cuando nadie lo esperaba y como todos los aficionados al baloncesto nos sorprende la decisión. Y de esa decisión me surgen varias cuestiones o pensamientos sobre los que tratar de divagar: ¿Qué pasaría realmente por la cabeza del señor Messina para tomar la decisión de dejar el banquillo blanco? ¿Qué ocurriría de forma interna, tanto con el grupo, como con la cúpula directiva? ¿Seria tan grave como para no poder terminar la temporada? Y como estas, se me ocurren otras muchas preguntas que plantear, pero dejémoslo en estas y divaguemos con ellas.


Decidí dejar pasar unos días antes de tratar de pensar y reflexionar sobre el tema. Una vez pasados unos días y tras leer (y escuchar) todas las opiniones y explicaciones salidas a la luz, no puedo llegar a muchas conclusiones, pero si algo tengo claro es que siempre quedará algo sin esclarecer; y ese algo solo lo sabrá Don Etore y su circulo más cercano (aunque seguro que alguno de ellos no estará muy en concordancia con la decisión tomada).
Con una situación deportiva nada desfavorable, pues recordemos que estaban a un paso de la Final Four de Barcelona (solo el play off con Power Electronic Valencia les falta como escollo previo a dicha cita, y con factor campo a su favor), siendo segundo en Liga ACB y habiendo hecho un papel digno en la Copa del Rey (subcampeones ante el Barcelona); habiendo crecido como equipo desde la temporada anterior y no habiendo incurrido en errores importantes de la temporada pasada.
Pienso que algo interno debía ocurrir y algo muy grave por cuanto no se sintiera realmente respaldado por el alto mando de la entidad. Aunque no creo que haya sido menos respaldado que otros predecesores en el cargo.
Siempre he creído que las comparaciones son odiosas, pero es inevitable no hacer una en este caso: ¿Por qué a José Mouriño se le da todo lo que pide (hasta la sombra de Jorge Valdano se le ha concedido quitársela de encima) y a Etore Mesina no se le da autoridad suficiente para resolver conflictos internos como lo de Prigioni a comienzos de temporada, no se le respalda en decisiones importantes como lo de Garbajosa (sea o no la mejor opción; es la responsabilidad del coach tomarlas, y de los rectores del club respetarlas y respaldarlas), e incluso no se le deja controlar las actuaciones ante la prensa cómo si que hace el equipo de fútbol con su máximo representante (su entrenador jefe)?
Pero por otro lado, se me viene a la cabeza una frase del profesor Casimiro (que el año que tuve la suerte de trabajar para él, repetía cada vez que alguien fracasaba en ACB, y que se solía referir a grandes jugadores que venían a nuestra liga con el cartel de estrella): “la ACB se ha tragado a grandes jugadores”. Y esa frase creo que ahora es aplicable a este gran entrenador.
¿Quién ha tenido o tiene las condiciones ideales para trabajar en su puesto de trabajo? ¿Nadie tiene contratiempos o dificultades en el desempeño de sus quehaceres diarios? De estas interrogantes quiero extraer la parte de culpa que pueda tener el protagonista de mi reflexión.
Por mucha desunión que existiera (esto es lo que se nos ha vendido como uno de los motivos principales) entre todos los sectores del equipo y club, me parece que ha sido muy poco honesta y valiente la decisión. Un puesto de trabajo como es el de entrenador jefe del Real Madrid conlleva buscar soluciones en los diferentes momentos de la temporada, y no tratar de solventarlas con huidas inexplicables. Me parece que lo procedente es capear el temporal y por lo menos acabar dignamente la temporada; algo que creo hubiera hecho sobradamente de haber concluido la temporada.
Los trabajos se empiezan y se terminan, y más si se tiene el caché y la categoría que se le presupone a este gran entrenador. No es caballeroso abandonar el barco y menos en un gran proyecto, te sientas o no respaldado, de acuerdo o en desacuerdo con los que mandan, te quieran más o menos los que te rodean. Con todo ello hay que terminar los trabajos emprendidos siempre y cuando las circunstancias lo permitan y no sea un caso insostenible (y desde fuera no se percibe que así fuera). Y es de recibo que a grandes problemas, grandes soluciones; y estas no suelen venir a tu puerta, se esconden y se las busca para tu beneficio y el de tu grupo humano.
En definitiva, gestionar los recursos humanos que hay a tu alcance, y en un club como el Real Madrid, me consta que no son pocos. Los adecuados o no, pero numerosos si que son, y no creo que sean los más inapropiados del mundo del baloncesto.
Y sobre las dificultades encontradas con la prensa de Madrid, pues no merece la pena comentarlo; pues pocos o ningún entrenador a lo largo de su carrera (en cualquier categoría) no ha tenido criticas, y además muy fuertes (y en este caso no iba a ser menos, pues el club, cargo y ciudad tienen un elevadísimo nivel de exigencia; y a mayor nivel, mayor numero de “opinologos” existen, con o sin razón).
Llegados a este punto, me gustaría seguir escribiendo: “en conclusión …”; pero esto no es posible porque no llego a ninguna clara, y por tanto debo seguir redactando: “ sea cual sea la razón o razones que motivaran esta incomprensible decisión, lo único que tenemos claro es que hemos perdido en nuestra gran liga ACB a uno de los mejores entrenadores del baloncesto europeo y tal vez mundial; los porques habría que preguntárselos a él”.
Mucha suerte en el futuro y el tiempo (y no será mucho pues solo faltan 3 meses de temporada) dirá si la decisión tomada ha sido o no la mejor para la entidad de la capital de España.

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