LOS VIEJOS ROCKEROS.

DEDICACION Y BUENOS PROFESIONALES.

Desde la distancia, con mucho cariño, algo de añoranza y perspectiva de conocer a varios buenos entrenadores me permito opinar que no hay cómo poner buenos entrenadores a trabajar con los más jóvenes para que estos vayan para arriba. Estos y sus correspondientes canteras.

Tradicionalmente, los grandes maestros del deporte se dedican a trabajar con los mejores equipos que a su vez son los mejor pagados, aun a pesar de no ser los que mayores satisfacciones te dan a veces.

Es sabido por todos, que entrenar chavales o categorías inferiores no da nombre o grandes réditos, pero es de un valor incalculable. La gran cantidad de valores que se transmiten, los conocimientos bien aprendidos y por tanto bien enseñados de generación en generación, eso no tiene valor pagable.




Igualmente es de entender que con el pasar de los años, el trabajo no remunerado acaba por cansar, y hay que buscar la motivación en aspectos muy intrínsecos y poco apreciables. Ello ocasiona que con el devenir de los años, aquellos buenos entrenadores deseen descansar uno o varios años para disfrutar de sus fines de semana libres, de sus hijos, familias o simplemente de su tiempo libre.

Pues bien, en regiones grandes (y no tan grandes), no muy favorecidas para el deporte como puedan ser las dos Castillas (aunque la de Castilla y León están aflorando últimamente con equipos de nivel en los primeros planos nacionales), años en los que los viejos rockeros deciden descolgar la pizarra y ponerse el chándal tres o cuatro veces por semana, ello tiene unos claros triunfadores: los alumnos =jugadores a los que dedican su tiempo.

Ni que decir tiene, que no me olvido de las autonomías que tienen superávit de entrenadores (no por fuerza tienen que ser buenos) y que con una abundante materia prima también son capaces de producir grandes resultados. (¿Tiene ello más o menos merito? No es ese el motivo de esta disección, con lo que lo dejare para otra ocasión).

Hay una serie de poblaciones en La Mancha que tradicionalmente han sido buenas canteras de jugadores de basket, pero que por unas circunstancias u otras, sus mejores entrenadores han tenido unos merecidos años sabáticos y después de los mismos, tras un par de años de trabajo concienzudo los resultados vuelven a estar a la luz de todos. En esta línea de poblaciones, hay otras que tras limpiar los principales cargos de los típicos enchufados por los ayuntamientos, también comienzan a dar sus frutos. Y por supuesto están los que no conocen el descanso y en los lugares funcionariales de sus ayuntamientos tienen contratados a buenos técnicos como encargados de sus principales escuelas deportivas, y por tanto no han dejado de dar buenos resultados, aunque en según que años y coincidiendo con generaciones menos favorables han bajado sus rendimientos.

Vaya dedicado a todos aquellos grandes entrenadores de cantera que sin tener un nombre famoso son tan buenos o incluso mas que los de un valorado prelitigio, pues sin ellos no habría ilusión en los mas pequeños y por supuesto saldrían menos materia prima y por tanto, menos aficionadlos. FELICIDADES.